viernes, 29 de febrero de 2008

El problema más importante

- ¡Sí!, -contesté-. Es lo más relevante. Su respuesta supondría toda una revolución.

- Entonces supongo que a él dedicas la mayor parte de tu esfuerzo.

- Um, no -mi respuesta-. En realidad colaboro con equipos dedicado a ello, pero de manera tangencial. Digamos que pongo las piedras que hacen la calzada que permitirá llegar hasta el destino.

Una analogía para ocultar tal vez mi desconcierto, mi perplejidad. Porque, ¿acaso no debería dedicarme verdaderamente a lo importante, a crear, verdaderamente, un nuevo paradigma?

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